domingo, 10 de octubre de 2010

A TODOS NOS LLEGA UN MOMENTO EN QUE PERDEMOS LA PACIENCIA

y lo que en un momento decidimos para restarle importancia y para no ponernos al nivel del contrario, queda sólo en un deseo frustrado, por lo que contestaré por partes y, al igual que el responsable de las acusaciones, intentaré aclarar ciertas mentiras y calumnias.

En primer lugar y empezando por el escrito del tal Patxi, que nunca pierde los papeles y nunca insulta, diré que precisamente la falta de reflexión de su amiga fue la causa de todo el entramado. Una componente del grupo la llamó egoísta y manipuladora. Puesto que la conozco, reafirmo estos adjetivos, ya que todos los miembros de nuestro foro fueron testigos de ello.

De manera muy inadecuada la persona citada (Patxi) hace referencia a otro foro en el cual ninguno de nosotros está en la actualidad. Por tanto, todo cuanto se diga de él está fuera de lugar en esta discusión. En sus propias palabras dice ignorar todo lo que hace referencia al mencionado foro. Pues dejémoslo estar.

Afirmo categóricamente que la persona que ellos acusan de haber creado el problema (originado el problema) jamás pudo invitar directamente a nadie puesto que la llave para la admisión de miembros nunca ha estado en posesión de ella. Lo único que hizo fue comentar que existía ese grupo y proponer a una persona para entrar en él. La decisión final se puso a votación de todos sus integrantes y la persona propuesta fue aceptada por mayoría absoluta.

No obstante, la acusada se disculpó reiteradamente sin conseguir que sus atacantes, los cuales son el origen de todo el problema, dejaran de ofenderla una y otra vez. Al final esta compañera (amiga) optó por dejar el grupo para que así cesara su hostigamiento.

Puesto que era, y sigue siendo una persona muy querida por todos los demás miembros del grupo, se le escribió reiteradamente para que volviera a formar parte de nuestra familia virtual. En un principio se negaba alegando que no era persona de aceptar reglas, cosa totalmente fuera de lugar ya que es obvio que siempre las ha respetado.

Efectivamente, yo mismo le envié a su acusadora un correo informándole de sus palabras en un intento de poner paz en medio de la tormenta. Huelga decir que no lo conseguí.

Al final, y entre todos, la convencimos para que volviera.

Una vez de vuelta, volvió a ser atacada por esas mismas personas, acusándola de “pisarles” un mensaje, cosa que por cierto pasa muy a menudo y que todos hemos hecho alguna que otra vez pero siempre de forma involuntaria. Vamos, ni que fuera un asesinato por la importancia que se le dio. Le exigieron una disculpa de nuevo lo que ella muy sabiamente se negó a hacer. Quién más quién menos tiene su orgullo y a mi parecer obró en consecuencia ignorándoles.

Meses más tarde, también se puso a debate si se debía de pedir la continuidad en el foro a los miembros que casi nunca participaban. La administradora envió correos a todos para que confirmaran su continuidad en el grupo de manera educada. La respuesta de los mismos agitadores de costumbre fue totalmente fuera de lugar, volviendo de nuevo a la carga contra la injustamente acusada de siempre, la administradora y mi propia persona con la excusa de que había hecho unos comentarios despectivos hacia una tercera persona. Se utilizaron comentarios antiguos para dar más peso a tales acusaciones como que personalmente la sociedad norteamericana como tal, no me gusta, como tampoco me gusta la manera de actuar de la persona a la que hacía referencia y que ahora no viene al caso.

Se comentó de manera muy grosera por parte de la que yo había erróneamente considerado hasta entonces como una amiga, que yo pudiera, en alguna forma u otra, parecerme a algunos de los personajes de mis escritos eróticos. Ante tamaño desprecio quise aclarar públicamente, ya que declaró no querer recibir mis mensajes en privado, que mis personajes son ficticios, que pedí permiso para publicarlos y que soy una persona completamente normal y fiel a mi pareja con la que llevo un montón de años casado. Nada que ver con mis ficciones, aunque confieso que el tal Patxi me ha dado una buena idea para un posible futuro relato. Aún no he escrito nunca nada acerca de “lamer culos”.

Eso fue tomado como un supuesto “chivatazo” de la vida personal de la causante de todo el mal rollo, cosa totalmente falsa, puesto que yo jamás revelé secreto alguno a nadie y cabe decir que, y a pesar de, no tengo ninguna intención de revelar. Yo no soy como ellos.

No obstante, a veces la gente olvida comentarios que se dejan públicamente, como por ejemplo decir que se está pasando por una mala racha. Hablo del foro en general, no de nadie en particular.

Empiezan (empieza) a enviarme “mails” privados insultantes hasta que decido romper con la mencionada “acosadora” rechazando sus envíos y no contestando a ninguno de ellos, no sin antes decirle que no quiero saber nada más de ella en lo que me resta de vida. Está claro que ella sí quiere, visto lo visto y que cada cual opine.

Luego, no satisfechos con el veneno inyectado, se meten en nuestro blog y, como si ellos fueran el ombligo del mundo, exigen que se retiren ciertos poemas por creer que van dirigidos a ellos, cosa por otro lado totalmente falsa ya que su autora antes de publicarlos nos comentó que eran poemas escritos hace años. Huelga decir que por decisión de la mayoría absoluta, nos negamos rotundamente a que dichos poemas sean eliminados.

Y así seguimos….

Paso a matizar algunas expresiones del follonero de marras.

Aparte de esos dos personajes, causantes de que uno pierda los estribos, insto a que cualquiera de nuestro foro diga cuándo he sido yo un grosero. Pero da igual, ojalá que efectivamente todos me conozcan un poco mejor y puedan opinar abiertamente sobre mis supuestas manipulaciones y cobardes actos. Quizá sea una suerte que no me conozcan tanto como ya acabamos de conocer todos a Patxi.

Por cierto, que no somos media docena. Somos 27 y vaya una casualidad que esos 27 (¿) piensen lo mismo, ¿no? Aparte, claro está, de los lectores que también nos dan apoyo.

Lo de paranoico el tal Patxi se lo ha llamado a sí mismo, puesto que las calumnias se han puesto fuera, no dentro. En eso le doy la razón.

También se mencionan a otras personas por sus exabruptos, lógicos después de todo lo dicho en el foro por los que “nunca insultan”.

Dicen que desean que esto se acabe ya, pero no paran de difamar, insultar y exigir por todos los medios posibles, ya sea a través de nuestro blog, el de nuestra amiga, el Facebook o mediante cobardes “emails” a personas conocidas en los cuales se hace mención a nosotros con crueles y mal intencionadas mentiras.

Asimismo, ponen en duda las virtudes de los demás. Bueno, la credibilidad de unos y otros es indiscutible. Puesto que una es autora de diversos relatos premiados y publicados, comentarista de cine en medios de comunicación y guionista de profesión y Patxi no ha publicado nunca nada en absoluto, la cosa queda más que clara. Ah! Se me olvidaba. Al igual que nuestra amiga, yo también he publicado. Por si os interesa, mis libros están a la venta en La casa del libro. No hace falta que me corrija las faltas de ortografía. Lo suelen hacer las mismas editoriales. Para eso están los correctores tanto de estilo como tipográficos.

Finalmente se habla de sexo. La verdad, con sus comentarios da la impresión de que, efectivamente, van muy mal follados. Quizá por eso se complementen tanto, ¿no os parece?

Nótese que aparte del tal Patxi, no he mencionado ningún otro nombre. A ver si ellos tienen la decencia de hacer lo mismo en caso de réplica, que seguro la habrá. ¿Con qué nos saldrán ahora?

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