lunes, 28 de febrero de 2011

Una de esas traducciones tan floridas

No, no puedo ni quiero resistirme a recoger esta exhibición de las excelencias del traductor automático de Google. Puede que sea para llorar pero a mí me produce la malsana alegría de contemplar el excelente funcionamiento del diseño y la programación de las máquinas con las que nos ha tocado convivir.

Diálogo del balcón entre Romeo y Julieta:

- Julieta..  ¡Es casi la mañana, yo te he ido-
Y sin embargo, no más lejos que un ave wan-ton,
Que permite saltar un poco de su mano,
Al igual que un pobre prisionero en su grilletes trenzado,
Y con un hilo de seda que arranca de nuevo,
Así que el amor-celoso de su libertad.

- Romeo: Yo yo tu pájaro.

- Julieta: Dulce, por lo que sería,
Sin embargo, debo matar a ti con mucha estimación.
Buenas noches, buenas noches! Partir es un dolor tan dulce,
Que voy a decir buenas noches hasta que sea mañana.

O sea, que la buena de Julieta resulta ser una experta zoóloga especializada, por lo que se ve, en aves chinas (wan-ton, que no sé si son aves; yo sólo conozco unos frutos de la sartén por ese nombre) y, además, una asesina piadosa que mata a su amado con mucha estimación.

¡Pues vaya con la moza! Presenta un perfil digno de los cerebrines de "Mentes criminales".

jueves, 10 de febrero de 2011

Policía a mi...bah!!!!

La gente que todavía trabaja, me pregunta a menudo qué hago cada día, ahora que estoy jubilada...
Pues bien, por ejemplo, el otro día fui al centro y entré en una tienda a recoger una cosa, sin tardar en la gestión ni cinco minutos.
Cuando salí, un policía municipal estaba rellenando una denuncia por estacionamiento prohibido.
Rápidamente me acerqué a él y le dije:" Venga hombre, que no he tardado ni cinco minutos...! Haría usted bien si hiciera un pequeño gesto para con los jubilados..."
Me ignoró olímpicamente y continuó cumplimentando la denuncia.

La verdad es que me pasé un poco y le dije que no tenía vergüenza. Me miró fríamente y empezó a rellenar otra denuncia, alegando que, además, el coche llevaba los neumáticos en mal estado.

Entonces levanté la voz para decirle que me había percatado de que estaba tratando con el rey de los tontos del culo, y le pregunté que cómo narices le habían dejado entrar en la Academia de Policía....
Él acabó con la segunda denuncia, la colocó debajo del limpiaparabrisas, y empezó con una tercera.

No me achiqué y estuve durante más de 20 minutos llamándole de todo. Él, a cada insulto respondía con una nueva denuncia.

¡menos mal que este día había ido en autobús!
Desde mi jubilación, ensayo cada día cómo divertirme un poco.
Es importante a mi edad.