Habíamos perdido toda esperanza de sobrevivir.
Nave a la deriva, sistemas energéticos bloqueados, suministro de oxígeno insuficiente, paneles de control colapsados, androide-piloto catatónico y miedo, mucho miedo.
Entonces fue cuando la comandante Ripley III demostró por qué estaba al mando. Con un derroche de energía cinética descargó un sonoro bofetón en la mejilla del androide y...
¡¡¡ coño, funciona !!!
Mira tu por donde,acabamos de descubrir que "cuanto más cambian las cosas,más iguales son"
ResponderEliminarGenial y divertido,Curri,me ha encantado
Me he reído a gusto. Muy bien Curri, de verdad. Mucha fuerza expresiva... y de la otra también. Muy, muy divertido.
ResponderEliminarLa teniente Ripley II.
Tiempo: Presente