¡Horror! ¡Dioses del Olimpo, si me escucháis, atended mi clamor y apiadaos de mi sufrir!
Acabo de echar una ojeada (de ojo, no de hoja, obviamente) a los anuncios en mi blog y me doy cuenta de que la mayoría en estos momentos son de traductores de red. Como las máquinas no leen, mejor dicho, no entienden, no se dan cuenta de que justamente he puesto a caldo a dichos sistemas de traducción mecánica.
¡Lo que tenemos que sufrir en estos tiempos en los que nos ha sido dado vivir! El fin de toda inteligencia en este perro planeta mundo... Bueno, siempre nos quedará la esperanza puesta en el hermano gorila y el hermano chimpancé.
Ya, acabo, y sigo deseando buenas tardes y muy, muy buena suerte.
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