martes, 27 de julio de 2010

Me gustan los catalanes

El pare de Manu Chao defensa Catalunya en l'article 'Me gustan los catalanes'
Me gustan los catalanes porque a lo largo de su historia acogieron e integraron a íberos, fenicios, cartagineses, griegos, romanos, judíos, árabes y toda clase de charnegos y sudacas, sin conocer los problemas que afectan ahora a Francia; es un ejemplo.
Me gustan los catalanes porque ya el 7 de abril de 1249 el rey Jaime I nombró a cuatro prohombres de Barcelona (los paers) para dirimir los conflictos de la ciudad sin violencias ni reyertas. Esos hombres sabios, que pasaron a cien en 1265 (el Consell de Cent), iniciaron el sistema del gobierno municipal de Barcelona. Gracias a ellos reinó allí la concordia, y antes de empuñar las armas refirieron siempre emplear la razón.
Me gustan los catalanes porque en toda su historia no han ganado ni una sola guerra, y encima les da por conmemorar como fiesta nacional una de las batallas que perdieron en 1714 a manos de las tropas de Felipe V de Borbón.

Cataluña había dejado de ser una nación soberana. Desde entonces, cada 11 de septiembre muchos catalanes y catalanas, como hay que decir ahora, se manifiestan para reclamar sus libertades.

Me gustan las catalanas porque una de ellas, joven y bien plantada por cierto, no vaciló en pegarse a mi espalda durante cuatro días en el asiento trasero de una Vespa cuando recorrí la península en pos de Prisciliano.

Me gustan los catalanes porque tienen de emblema un burro tenaz, trabajador y reflexivo, muy alejado del toro ibérico cuyas bravas y ciegas embestidas lo abocan a la muerte. Estos animales son de una raza registrada, protegida, y prolíferos sementales. Al igual que el cava, se exportan a numerosos países para mejorar la especie autóctona, como a Estados Unidos, donde crearon el Kentucky-catalan donkey. Y allí no piensan, ni mucho menos, en boicotearlos.

Cierto es que en el carácter catalán confluyen las virtudes del asno. Pero los rasgos diferenciales no se limitan a los de este cuadrúpedo. La población catalana se define por una doble característica: el seny y la rauxa . El seny implica sabiduría, juicio mesurado y sentido común.. Tenía seny aquel catalán que iba en un compartimiento de un tren al lado de la ventanilla. Tiritaban de frío y los otros pasajeros le pidieron que la subiera: «Es igual», contestó a varias solicitudes, hasta que un mesetero se levantó furioso y alzó la ventanilla... ¡cuyo cristal estaba roto! «Es igual», volvió a repetir el buen hombre con toda su santa cachaza. Al seny le responde la rauxa, asimilable a la ocurrencia caprichosa, la boutade (frase ingeniosa y absurda). Cuando de joven el surrealista Dalí iba en el metro y veía a un cura con sotana, le decía: «Siéntese, señora».

La alianza de estas dos facetas en un solo individuo forma el carácter catalán, que se comunica, se comparte y se aprecia. El otro día al regresar a París en avión desde Barcelona quise ayudarle a un pasajero, dada la exigüidad del espacio, a ponerse el abrigo: «No, por favor, no se moleste, que bastante trabajo me cuesta a mí sólo»

Me gusta Cataluña porque allí, según Arcadi Espada, don Quijote recobró la razón, sin duda contagiado por el seny. Me hubiera dado mucha pena que el Ingenioso Caballero muriera loco. Me gusta Cataluña en fin y sobre todo porque uno de mis hijos eligió su capital para vivir en ella por ser una ciudad abierta, tolerante y discreta.
Ramón Chao, músic, escriptor i periodista. Cavaller de les Arts i les lletres pel govern francès

4 comentarios:

  1. A mí también me gustan los catalanes -las catalanas menos- pero ¿verdad que Ramón Chao no es un historiador? Porque me parece un poco presuntuoso eso de que "a lo largo de su historia acogieron e integraron a íberos, fenicios, cartagineses, griegos, romanos, judíos, árabes y toda clase de charnegos y sudacas, sin conocer los problemas que afectan ahora a Francia; es un ejemplo." Yo diría que más bien que fue al revés. Y con los romanos lo puedo asegurar al 100%. ¡Cualquiera les llevaba la contraria a los romanos y a sus centurias! Más mejor somos descendientes de iberos, griegos, romanos... En cuanto a fenicios y cartagineses ya no estoy segura. Probablemente los primeros sí. Me suena.
    ¡Que mal andamos de historia! Y de muchas otras cosas. De sexo también. jajajajajajaja!!!!
    Pero me siguen gustando los catalanes.

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  2. A mi me ha gustado lo de "seny i rauxa".La parte histórica deja mucho que desear,pero bueno,què hi farem.
    A mi también me gustan más los catalanes que las catalanas.
    Mi nariz muestra clara mi descendencia.Siempre me han dicho que la tengo "romana" juas!

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  3. Pues yo tengo las manos como mi mamá (mamaaaaaaa), cortas y chatas, también como la punta de la nariz, y a esa mano la llaman francesa.
    ¡Claro! Por eso tengo esa prima de Nîmes, la Isabelle Jolie... Os la tengo que presentar a quienes no la conocéis.
    O sea, que por algún lado tengo genes galos.

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  4. Ya había leído eso. Comenta muchas anécdotas que no se si son ciertas del todo, pero lo que sí es cierto, es que sabe como meterse a la gente en el bolsillo utilizando el lenguaje de ensalzar los detalles históricamente dudosos.
    Que fácil es decir, me gustan los catalanes por eso o por aquello. Es una frase en la que cabe todo el mundo, hasta los gitanos, los bosquimanos y los pigmeos.

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