¡No te quejes, Txemi, no te quejes!
Cuando yo iba a colegio, a primera hora de la tarde tocaba rezar el rosario. Si te equivocabas con lo de los Misterios, te daban un tortazo. ¡Todo un misterio!
Luego tocaba la clase de latín y si le preguntabas al maestro (¿?) que para qué servía hablar una lengua muerta, te daban un tortazo.
Después, Formación del Espíritu Nacional. La verdad es que aquella clase daba un poco de yu-yu, con tanto espíritu con la mano derecha alzada cantando el "Cara al sol". Cabe decir que si te equivocabas y levantabas la mano izquierda en lugar de la derecha, te daban un tortazo.
Luego, Religión. Allí te enseñaban que la raza humana proviene de los hijos de Caín y Eva. Como Caín mató a Abel, se entiende que todos somos descendendientes de ese hijo de p...ilindonguis. Entonces preguntabas de donde córcholis sacón una hembra Caín si no había nadie más y como respuesta, te daban un tortazo.
Para colmo, si era el mes de mayo (mes de María) tocaba ir en procesión hacia la iglesia más cercana a rezar. Naturalmente, si hablabas con algún compañero y te reías de las tonterías que decía el cura, te pegaban un tortazo.
Para finalizar, una hora de vela, o sea, una hora para hacer los deberes de tanta información recibida. Como la información era inexistente intentábamos por todos los medios de pasar el tiempo charlando con el compañero de al lado. Si el cura que nos vigilaba mientras hacía ver que leía unos evangelios que no se terminaban nunca se daba cuenta, te pegaban un tortazo.
Cuando dejé la escuela, me juré a mi mismo que nunca escogería de profesión ser pastelero. Estaba ya hasta los mismísimos de tanta torta.
Y ahora te tengo que dejar, que me tengo que ir a misa y luego a resolver unas cuantas raíces cúbicas que me hacen mucha falta.
Salut!
PepTrencat
Nota de la Redacción: Se entiende que con tanta torta-teaching no diera tiempo de explicar que Adán y Eva tuvieron algunos hijos más como se indica en el libro del Génesis, citando expresamente a Set, el mayor de ellos.
No es que aclare toda la historia a los espíritus preguntones de niños y niñas, jovencitos y jovencitas, que se quedan con una tremenda duda existencial, pero bueno... Es el primer modelo de final abierto que tenemos. Toda una contribución a la narrativa.
Jaja...Pobre Pep....fijo que no quieres ver las tortas ni en la panadería...me ha encantado..pero noi...se pasaban un roscón, ¿ oi?
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