Ayer domingo, después de ver la película "Déjà vu" protagonizada por Denzel Washington y confirmar lo que ya me había parecido en su día cuando la vi de estreno -que hace aguas por varios puntos-, vagabundeando por el montón de canales de TDT me topé con la primera emisión de OT 12, cuando todos los aspirantes ya habían cantado.
Lo cierto es que iba a pasar de un programa que en su día, en su primera edición, me gustó pero que luego fue perdiendo gas y se convirtió en un espectáculo de mal gusto en su pase a la inefable cadena que algunos conocemos como tele-cutre.
Bien, aparte de la cantada desaparición hasta más no ver de Risto Mejide (Evaristo, por más señas), vi con enorme alivio la desaparición de Jesús Vázquez, aspirante a superstar siempre dispuesto a ser él el protagonista y llevar los programas a su terreno. Quizás la productora y la cadena han decidido dar un golpe de timón y volver al origen, al concurso de nuevas voces donde los protagonistas son los cantantes o aspirantes a tales, y la música, sea ésta mejor o peor, y no otro reality show más lleno de problemas, conflictos prefabricados y que destacan por su mal gusto.
También han desaparecido personajes como Àngel Llàcer o la coreógrafa Myriam Benedite, hecho que también es de agradecer. Llàcer fue desarrollando un personaje totalmente histriónico y fuera de control mientras que la Benedite conseguía aburrir cada vez con sus supuestas coreografías sexies, repetitivas y cansinas.
En el cuadro de profesores visto ayer, destaca el regreso de Nina que, guste o no, fue una excelente directora, y sólo repite Manu Guix.
Por el jurado la única cara conocida en OT es la inevitable Noemí Galera que ayer lució lo que los catalanes decimos "cara de pomes agres" (o sea, cara avinagrada) casi ininterrumpidamente desde que conecté. A una le entran ganas de decirle que mal puede juzgar a futuros profesionales una persona que no sabe estar en su sitio y tragarse su vitriolo, pero..., doctores tiene la iglesia y eso es lo que hay.
Perdida la inocencia de la primera vez y provocada la desconfianza por las siguientes ediciones, a cual peor, dudo que siga los avatares de la presente OT 12 pero nunca se sabe. Con los programas que uno encuentra saltando de un canal a otro cual rana en su charca, el dilema puede quedar entre OT o los dibujos animados del canal Boing, en especial los nocturnos, que incluyen a Titeuf, Las Aventuras de Gerónimo (Stilton) o Las macabras aventuras de Billy y Mandy a las que me he acabado por aficionar en mis fallidos intentos por entender de qué genero están hechos los susodichos Billy y Mandy. Especialmente Mandy que me tiene alucinada.
A ver cuando se acaba la crisis y me vuelvo a los canales de pago que esto no hay quien lo resista.